Poemas



9 sept 2011

Bombero de Nueva York

No soplarás las coloridas velas
Puestas sobre la acera para festejar tu aniversario
Ni tu pecho pondrá en vaivén las insignias y medallas
Que miden una promoción fulgurante y vana.
Tú más tangible recompensa  seguirá siendo esa filita de ceros
Que aparece cada mes en un giro bancario,
Como medida aproximativa de tu ausencia
A una familia que no acaba de aceptarla.

Eres el héroe que un día se quedó  atrapadado dos veces.

Disculpa, me siento mezquino.

En ese país, fabrica de héroes cotidianos,
Compartes el mismo espacio que ocupaban ya
El niño de siete años que permitió un jonrón desde la tribuna
Quitándole la pelota al jardinero izquierdo, que ya festejaba el out;
O la cajera que dice adiós a sus hijos sin levantar el brazo,
Para evitar el crónico dolor de hombro,
Se retiene como ya lo hizo durante la larga pose de la estudiada foto
Que acompaña al gerente ríendo desde siempre
Con un letrerito « empleada del mes » como escrito a mano;
O ese otro que hizo fortuna con un solo invento:
Un delantal de domingo para hombres de barbecue
Con un pequeño altoparlante en el vientre
conectado en bluetooth desde el  jardín
para no perderse nada de la lista mp3 que inunda el interior de su casa
(y que descubro cada vez que leo las revistas de ventas
en los vuelos de las compañías estadoudinenses).

Discúpame,
No te lo creo.

Porque en esos edificios en los que también te hiciste polvo
No pudiste entrar buscando destinos promisorios
Ni tuviste tiempo para calcularle precio a tu sacrificio

Sólo viste hombres, mujeres  y niños
Que pedían ayuda
Tal y como lo hicieron
Los otros que también salvaste
En tantas y variadas ocasiones.

Infatigable,
Entrabas y salias,
Hasta que la oscuridad se cayó contigo
Sin que te diera tiempo de saber desde dónde lo hacía.

Allí fue que te atraparon
En una historia distinta de la tuya,
Escrita al mismo tiempo y de la misma forma
Por los improvisados jefes del momento y los preparados pilotos del odio.
Tú tambien martir,
Como si hubieras salvado solo a blancos, protestantes, judios,
Altos, ricos y flacos.
Intentando encerrarte,
En un solo lado del hombre.

Lo siento, no me gusta verte así
Quisiera poder liberarte.

Por eso te imagino,
Luchando solo por tu salario
Y el orgullo que da una labor bien hecha,
Contento de hacer parte de una sola Historia
(nuestra, en cualquier lugar del mundo)
Y dando mano a todos los que acorralaba
El ansia destructora del fuego.
Tu única voluntad era seguir con vida.
Un propósito tan vasto, único y valioso
Que nadie puede festejarle a nadie.


Septiembre, 2011