Poemas



25 mar 2012

Un encuentro

Me lo soñé, hermano,
Cayendo desde el cielo.
Feliz, pasando entre las nubes
Con un paracaídas amarillo
Sin abrir.
Me le acerqué, no sé cómo,
E intenté hablarle.
No sabía que practicara el salto.

Al verme su expresión cambió.
Me dijo que andaba afanado.
Quería llegar al patio de su casa
Antes que cualquier otro de su familia
Para convertir la tela extendida del paracaídas
En esa bola diminuta que cargaba ahora en la espalda
Y poder esconderla en alguna parte del armario.

No quería que supieran
Lo que hacía de sus tardes.

¡Qué mal llegaba yo!

No supe qué hacer.
Pensaba en prometerle un silencio total,
Pero noté que la confidencia lo molestaría aún más:
Me daba justo ese derecho
Que luchaba por quitar a los demás.

Entonces aceleró y se perdió allá abajo,
Dejándome con esa frase,
Que aún hace flores en mi cabeza,
Dicha con una boca tan distinta a la suya.

«Me cansé de ser generoso».

Buscándolo entre el paisaje, inútilmente,
Traté de entenderlo.
Le deseé, mi hermano,
Que disfrutase al máximo sus saltos solitarios.

Marzo 2012