Poemas



30 jul 2019

Un solo combate, muchas derrotas


Todo gira, igual.
El eje de las cosas, en su lugar,
Tú ni sabes dónde está.

Todo gira, igual.

Si fuese claramente una lucha
Contra algo la darías.
Pero tus puños golpean al aire
Y los paseantes se ríen al mirar.

Al frente, no parece haber nada:
La mano invisible es gigante,
Ni una uña logras vislumbrar.
Dios se esconde entre la mucha gente,
En ese grito conjunto y milagroso
Que nunca nadie logra ver.
El destino no tiene cara:
Al futuro se va cayendo como mosca
Atrapada en pegantes tiras rojas
Que nadie dice colocar.

Todo gira, igual.

El obrero bebe y come
En cascos chinos mal fabricados.
Si una torre le cae da igual:
Las filas para remplazarlo son largas, numeradas,
Como a la entrada de cualquier estadio:
Los tiquetes tienen sellitos
Con animales simbólicos,
Águilas de dos cabezas, leones con muchos pies,
O universos ordenados,
Estrellitas en rondas, saturnos enrombados,
Metáforas cómicas del Estado
Que del uso ni siquiera hacen reír.

Por la mañana,
La abuela vende sus patillas
En esa interminable y concurrida playa.
Su hijo vende gafas negras para Johns
Su nieta trenzas con chaquiras para Stephanies.
Recogen luego, por las tardes,
Las pepas escupidas
Para así poderlas volver a sembrar.

Nuestros cuerpos se abren,
Pura imagen de la inquisición,
Y en esos abismos cae el mar
Con miles de migrantes por igual.
Nadie los sacó corriendo,
Nadie les pinchó sus barcas,
Nadie los observa agitarse como peces muertos
Ni quiere que no griten,
O que alguien los escuche.
No hay un solo nombre atrás.

Todo es transparente,
Limpio, ordenado y subliminal.
Muy virtual.

Todo gira, igual.

Solo aprieta los dientes,
Ve al dentista una vez al año,
Págale por quitarte la cal.

Gericault ya lo pintó todo
Muchos años atrás.
Su cuadro gigantesco,
Bello, espeluznante,
Fue marginado en un rincón.
Mostraba las espaldas de toda la humanidad.
No tenía banderas, símbolos o metáforas.
Era pura verdad.
Olvidado y triste,
No logró nunca pintar algo más.

Puta…
Nunca antes necesitaste tanto bailar.

29 jul 2019

Anaranjado se hace mi dolor


El merulio es un hongo simpático
Cuando visita la casa de tu enemigo.

Se incrusta en la madera húmeda
Y la chupa hasta hacerla papel.
Luego abre sus delgaditos dedos
En varias direcciones alrededor.
Medusa negra
busca rincones para podrir
Y calmar su infinita sed.
Si el concreto lo detiene
Se transforma:
Atraviesa los muros
En pegajosos hilos de falso algodón.
Con paciencia avanza
Entre oscuridad y silencio
Acabando con todo.

Cuando lo descubren
Se estresa.
La luz del sol lo seca,
Pero antes revienta en un polvo de esporas.
Anaranjadas, mentiroso brillo de estrellas,
Se agarran de las suelas,
Se pegan de los vestidos,
O cabalgan con el viento,
Para lograr reproducirse siempre mas allá.

El merulio nunca muere,
Se trasforma,
Pasando de casa en casa
Para lograr vivir durante siglos.

Así me gustaría sentirme ahora:
Agarrado al cine de ficción
Cual tabla de salvación,
Pedazo de un barco pirata
Que subestimo al mar
Confiando su supuesta
Fuerza espiritual:
Tantas Almas se llamaba.
Y de poco le sirvió.

Estresado, sin poder gritar,
Miles de esporas suelto al aire:
Veo una mancha negra cubrir el cielo.
Sin remarcarlo,
Me ahogará de un soplón.

Veremos qué dice el tiempo.

23 jul 2019

Pedalear

Los planes del Movistar
Para Quintana
Son como los del resto de España.
Sea amable, indiecito,
Lléveme pronto al líder
Cargado a cuestas por la montaña.

Pero como todos los planes
Trazados desde la Madre Patria
Nada salió como se pensaba.

Jamás hubo especias ni Indias,
El dorado era una mentira.
Los comendadores no sabían
Precisamente
Si la montaña era virgen
O la virgen montaña.
Demasiada coca y mucha pachamama
Hacían sospechosa tanta sumisión.
Calma chicha la llamaron:
El indio, aunque ya poco,
Se alborotó,
Y el negro, aunque encadenado,
Se les escapó.
Al resto pues,
Se le asfixió.

¡Insoportable!
El Rey todavía manda a callar.
Sus Jaurías, que ya solo ladran,
(Ases, marcas o El País),
Se empeñan en partir troncos
Que dicen podridos de tiempo atrás.

Ese pasado, lleno de órdenes de capataz,
Suena muy seguido en el encierro actual:
Compran agua de los Andes
Para hacer lamer;
Cambian de nombre a los sistemas públicos de salud,
Y hacen doler;
Extienden cables largos de comunicación
Para Mentir y vender.

Es pura debilidad.

Todavía El Rey,
Con sus cajitas elegantes,
En ceremonias de gala
Y vestidos con pendones de niño,
Muy coloridos y ridículos,
Pone collares y cruces
Que llama siempre igual:
Isabel
La
Católica.

Ya Álvaro Uribe pudo tener uno.

Nairo nunca tendrá nada.