Poemas



2 oct 2013

Consejos para soportar un naufragio

a) Un náufrago no olvida lo que aprendió en el bote.
b) Un náufrago sabe que el bote que se hundió no podrá salvarlo.
c) Un náufrago entiende que el mar es peligroso y que la mala suerte no es para los otros.
d) Si un náufrago pierde la esperanza se convierte en prisionero a perpetuidad; aun si después es rescatado.
e) Un náufrago sabe que puede morir como tal. Sólo la suerte puede salvarlo.
f) Un náufrago que quiere sobrevivir aprende a imaginarse de otra forma.

14 sept 2013

11 de septiembre


Antes de entrar al colegio de mi hija
Hay que pasar por una placita desolada
En cuya esquina hay un solo hombre
En negro impreso sobre una dorada banda.

Un lunes, al puro frente, mi hija le descubre
Una serie ordenada de coloridas flores
Y entiende que conmemoran a un muerto.
Se para, las mira un rato y me pregunta,
Segura de que algo tengo que saber
¿Quién es ese señor papá ?

Dudo, no sé si contarle toda la verdad,
Acaba de cumplir solo cinco años
Y ya la trabajan demasiados silencios.

Contempla al hombre en su expresivo gesto
Y me pregunta de nuevo, como cambiando el tono:
¿Está bravo? sólo para empujarme a hablar.

No hija, está haciendo un discurso.
Es Allende.
Salvador Allende.
Un chileno.
Presidente.

Que respuesta más extraña, me dice sin palabras.
Luego, en su mirada : tienes que decírmelo todo.

Entonces me largo a contarle la historia, por pedazos,
Tratando de no pronunciar suicidio o asesinato
(Pinochet no se merece tanto).

Mi hija, que entiende lo que puede entender
Y que siempre es más de lo que creo,
Digiere de a pocos.
Luego dice, para hacer justicia
¡Nosotros también vamos a regalarle flores!

No sé dónde empezar a buscarlas,
Ella ya las agarra todas:
Tréboles, mucho pasto,
Y pequeñas flores blancas
Nacen así de su mano.

Las ponemos juntos, delicadamente,
En un ceremonial que inventamos.
Entonces me pide que le lea
La frase sobre la que Salvador apoya su codo izquierdo.
Es una de las últimas.
La emoción me traiciona.

Mi hija se queda mirándolo
Como si todavía él la estuviera pronunciando.
Luego entiende por qué mi voz se ha torcido
y me pregunta :
¿También en Colombia lo hubiesen matado?

***

Eso fue hace un año.
Hoy tengo, hija mía,
Los mismos cuarenta
Que un golpe de Estado.


Septiembre 2013-14

Inmortales

Supongo que cada año, por la misma época,
Algunos hombres se ponen bravos:
¡Tampoco esta vez el nobel se ganaron!

Sé que todo el tiempo
Otros muchos no aguantan
Que uno de los suyos
¡Y en su propio idioma!
Se lo haya ganado
Contando historias que pensaban olvidar.

Septiembre 2013

23 abr 2013

22 rue du college

22 rue du college

La arañita, descubierta, se pregunta
Si también con el armario nos llevamos
Las polillas que esperaba ansiosa
Ver salir de nuestros viejos sacos.
Mi hija mayor, impresionada,
La ve replegarse en gesto de amenaza
Que contradicen sus hilos maltrechos
Y una que otra bola de polvo.
No sabe qué pedirme
Si llevarla con los peces del acuario
O darle fin con un certero escobazo.

Propongo dejarla en paz,
Para que llene el silencio de diminutos pasos
Y que haga suyas las gigantes piezas blancas.

Ya bajamos el piano,
Tambaleando sobre peatones
Que no hacían caso de ningún agüero.
Ya llevamos las plantas
Coronando con fragilidad alborotada
El peso bruto de tanta caja.
Ya doblamos los colchones
Que resistían como seres vivos
Las varias vueltas de una sola cuerda.

Sobre el ronroneo impaciente del camión cerrado
Me largo a contemplar por última vez
Este vasto espacio que encierra
Cinco años de hermosa memoria.

Aquí, frente a las altas ventanas
Que dejan entrar un sol esquivo,
Recibimos visita
Y rodearon cuna,
Las veces de nuestros dos milagros.
Indagaban siempre, suavemente,
Por el origen de sus nombres
Que hacen del español y el francés una sola cosa.

Lila-Romance:
Aquí vino alguna vez corriendo
A ver si con la lluvia también caía el arco iris.
Alba:
Justo al lado, sobre aquel muro,
Quedan las huellas aceitadas, sus pequeñas manos,
Y el trazo alegre del plumón colorido
Con que firmaba nuestros sueños
Cuando no lograba despertarnos
(Solo se ven cuando se mira de soslayo).

La madera del suelo también guarda
El peso de un sillón dividido en cuatro.
Sobre él, por las tardes,
Manon descubría en su vientre minúsculos espectáculos,
Sobre un ritmo sordo de golpecitos de manos,
Así, cada una de ellas,
Anunciaba la constitución de su carácter.

Y si nada queda de sus tropiezos
Con que fueron aprendiendo a andar,
Aquí, por todas partes,
Las escucho todavía cayendo como gotas.

De esa humedad me he ido llenando.

Abril 2013