Tengo una tía que va a morir.
Escucha helicópteros en su cabezaY sube el volumen de la televisión.
Le hablas largo tiempo de tu infancia,
Luego pregunta éste es hijo de quién.
Antes de despedirte,
Con tu mano en la suya, tibia, más bien caliente,
Le miras esos ojos lindos, hoy pequeños,
Acaricias su piel tan lisa,
(Nunca se lavó con agua hirviente)
Y tratas de irte sin pensar en lo que estás pensando…